lunes, 9 de agosto de 2010

Antagonismo puro.

¿Porque tenemos que quedarnos todos tan solos? Pensé. ¿Que necesidad hay?
Hay tantísimas personas en este mundo que esperan, todas y cada una de ellas, algo de los demás, y que no obstante se aíslan tanto las unas de las otras.¿Para que? ¿Se nutre acaso el planeta de la soledad de los seres humanos para seguir rotando?
Sputnik, mi amor.
Haruki Murakami.

JUST DO IT

Hacemos cosas
que no se pueden
traducir en palabras.

Maneras de.

La comprensión no es más que un conjunto de equívocos.
Esta (y que quede entre nosotros) es mi simple manera de conocer el mundo.

La trasmisión de un coche.

-La mayoría de las personas de este mundo se encuadran a sí mismas dentro de una ficción. Y yo también, claro. Piensa en la transmisión de un coche. Pues es como una transmisión que te conecta con la cruda realidad. Que regula la fuerza que viene del exterior a través del engranaje, hace que todo sea más facil de aceptar. Y así protege tu cuerpo vulnerable. ¿Me entiendes? - Más o menos. Osea que yo no me he adaptado a mi nuevo marco de ficción todavía. - El problema más grave es que tu todavía no sabes de que tipo de ficción se trata. Tampoco conoces el argumento, y el estilo aún está por decidir.

Voy a hablar un poco de mí.

"Sin embargo cada vez que tengo que hablar de mí mismo, me siento en cierto modo, confuso.
Me veo atrapado en la paradoja que conlleva la proposición: ¿Quien soy?.
[...] Sin embargo , la mayoría de las personas de este mundo, no parece sentir ese temor, esa incertidumbre. En cuanto tienen la oportunidad hablan de sí mismos con una sinceridad pasmosa. Suelen decir frases del tipo: "Yo parezco tonto de tan franco y sincero como soy" o "Soy muy sensible y me manejo muy mal en este mundo".
Pero he visto innumerables veces como personas sensibles herían sin más los sentimientos ajenos. He visto a personas francas y sinceras esgrimir sin darse cuenta las excusas que más le convenían. Todo ello me lleva a pensar ¿Que sabemos en realidad de nosotros mismos?
Sputnik, mi amor.
Haruki Murakami.

lunes, 2 de agosto de 2010

PENTAGRAMA

Como era de esperarse, pasan los días y todo sigue igual. Sigo levantandome para ir a trabajar, sigo estudiando, sigo viendo a mis amigos, todo, o casi todo sigue como antes. Todo. Las canciones que te traen a mi memoria a cada instante. Esos fragmentos, esas estrofas, y esas mañanas que amanezco cantando el te quiero, o el sr juan sebastián sin encontrarle explicación. Otra cosa que no cambió, es la forma en que recuerdo tus gestos. Todos y cada uno de ellos. Tu sonrisa, tu risa, tus muecas. Aparte de todo lo que dicen que transmitías, de esa energía que emanabas a tu alrededor, tus gestos siempre fueron tan claros, tan consisos. Tus ojos eran un reflejo de tu alma. Sin embargo, pocas personas eran capaz de verlo. La pureza y la paz. Era esa cosa de estar al lado tuyo y saber que todo iba a salir bien. A veces me da la sensación que nunca estuvimos separadas. Que todo el tiempo en el que la enfermedad se empeñaba en quitarte las fuerzas, no existió. Tengo tan vivas tantas imágenes, tantas palabras, tantas situaciones. Son tan nítidos esos recuerdos que me cuesta encontrar, que me cuesta entender que fueron años. Sin tenerte cerca, y apenas pudiéndote ver. Y veo esas fotos, y parece que fue ayer. Tengo la sensación de que el tiempo se detuvo en esos recuerdos. En esas pequeñas cosas, que como bien decías, sólo yo podía memorizar. La nostalgia por todo lo que nos faltó, por esa vida que te arrancaron, y el hecho de saber que lo único que queda realmente son estos recuerdos vacíos, y ese tiempo muerto, me hace sentir insignificante, perdida, lejana. Daría mi vida, por un instante más. Aunque detestes ese apego y ese aferro que tengo hacia las cosas, sabés que es así y que nunca vas a poder cambiarlo. Como te dije cuando tenía apenas unos doce años, los grises no me gustan. O es blanco, o es negro. Y estás, o no estás. Y no te encuentro. Por ende asumo que no estás, y no puedo hacer otra cosa que extrañarte, porque me resulta imposible, a ocho meses y días sin vos, no aferrarme a la idea de volverte a ver. Nada ni nadie, y sería capaz de tatuarlo, con la sangre que recorre mis venas, en mi alma, va a tener ESA capacidad de lograr cualquier cosa en mí. Porque te quise, te quiero y te voy a querer siempre, como lo que sos, lo que fuiste, y lo que nunca vas a ser también. Me dejaste el cable a tierra que me ayuda a volver, en este mundo que gira al revés. Me dejaste una corchea que se cayó de tu pentagrama, pero nada es lo mismo sin la Clave de Sol. Porque ya no tengo quien le ponga mi alma, a cada canción.