Justificamos lo injustificable.
Pensamos lo impensable.
Extrañamos el pasado y añoramos un futuro mejor.
Queremos lo imposible.
Soñamos lo incumplible.
Quiero una verdadera justificación para todo, un pensamiento real, claro, consiso, disfrutar los recuerdos del pasado y proyectar con tranquilidad, objetivos posibles, y sueños realizables.
¿Es mucho pedir?