lunes, 6 de septiembre de 2010

MIRANDA HOBBS.

En un rincón cantábamos solas al ritmo del playback.
Ibamos bien, 'a tempo', pero en contra de todos los demás que venían con delay.
Tenemos demasiado oído. Y eso nos hace adelantarnos, seguir el ritmo demasiado bien. Y a veces tenemos que estar esperando a que los demás lleguen hasta donde nuestra mente ya llegó. Una mente que lejos de ser la más brillante, es la más abierta y libre.
Ese es el eslabón que nos une.
Somos dos personas completamente diferentes, que tienen un punto de conexión lo suficientemente fuerte como para continuar una amistad por tantos años. Variarla al punto de que parezca que ya no existe más, hasta que resucita. Como el sol que se esconde en cada atardecer.
Y rotamos, con movimientos centrífugos y centrípedos. Pero las dos juntas.
Nadamos como el salmón y hacemos demasiada fuerza. Pero si nos ahogamos lo hacemos juntas.
Puedo decirte feliz cumpleaños hoy especialmente, a 20 minutos de que se termine tu día.
Pero me parece muchísimo más importante hablar de esa conexión que tenemos y que hace que yo me acuerde hoy de todo lo que vivimos juntas, y de que esté mirando hacia adelante y ya me esté imaginando las mil y una cosas que pueden pasar.